Celebración Centenario en Pamplona

“Amar y servir, será nuestro lema…”

El día 1 de junio la comunidad de Oblatas de Pamplona, junto con numerosas personas celebraba los cien años de presencia en esa ciudad.

Un poco de historia.

Invitadas y urgidas por la Presidenta de la Asociación contra la Trata de Blancas, Excma. Sra Dña. María Fuencisla Bernaldo de Quiroz y Muñoz, casada con D. Joaquín Mencos y Ezpeleta, IX conde de Guendulaín, llegaron la Hermanas Oblatas a Pamplona el día 4 de Septiembre de 1912 y se instalaron en la Calle Mayor, nº 2, hoy San Saturnino 14; en frente de la Parroquia San Cernin. Alquilaron el 4º piso de la casa
Cuando los vecinos se enteraron de la misión a la que se iban a dedicar, les manifestaron su disgusto, por lo que a los dos meses se trasladaron a la finca llamada de San José, cerca del Psiquiátrico. Compraron la finca que tenia dos caserones, uno como vivienda y el otro como granja. Pronto lo adaptaron y empezaron a recibir a jóvenes con problemas, enviadas por la Asociación contra la Trata de Blancas. El 18 de diciembre de 1912 fue inaugurado el Centro por el Señor Obispo Don José López de Mendoza, con la asistencia de los Condes de Guenduláin y los Padres Capuchinos, nuestros capellanes de entonces.
La Sra. Condesa, era hija de Mª Cristina Muñoz de Borbón una de las tres Infantas, hijas de la Reina María Cristina de Borbón, que recibieron la educación impartida durante doce años por la Srta. Antonia de Oviedo, luego fundadora de las Oblatas.
Según cuentan las Crónicas, la distancia a la ciudad y los medios de transporte con que contaban, hacía difícil la misión y aconsejadas por el Señor Obispo de la Diócesis, don Mateo Múgica, decidieron comprar la finca donde estamos en la actualidad, Avda. de Guipúzcoa, pasando mientras lo adecentaban, al antiguo Seminario Episcopal, luego Colegio San Francisco Javier. Así en septiembre de 1928 ocuparon dicho edificio, de la calle Tejería, 28, donde permanecieron hasta el 1 de Junio de 1933, hoy hace 80 años, en que se instalaron definitivamente en esta casa, la Comunidad, con sus Marías y Jóvenes.
La Congregación de Hermanas Oblatas fue fundada en Ciempozuelos (Madrid) el año 1870 por el Obispo benedictino misionero, José María Benito Serra, natural de Mataró (Barcelona), que al regreso de Australia, se instaló en Madrid, dedicándose a diversas tareas pastorales. En el Hospital de San Juan de Dios, descubrió la situación de las mujeres que, una vez curadas de su enfermedad física, tenían que volver a ejercer la prostitución en contra de su voluntad, porque no tenían dónde acogerse. Esto le hace exclamar: “Es demasiado doloroso lo que he contemplado para quedarme tranquilo”. “Yo quisiera salvar a estas mujeres y si todas las puertas se les cierran, yo les abriré una”.
Se sabe ignorante en esta tarea. Sabe que por tratarse de mujeres ha de contar con una mujer y nadie mejor que Antonia Mª de Oviedo y Schöntal a quien conoció siendo institutriz de las hijas de la Reina María Cristina de Borbón, habidas en su segundo matrimonio con Fernando Muñoz, luego Duque de Riánsares.
Su extensa y exquisita formación, hablaba varios idiomas, su sensibilidad, su gusto por las artes: la literatura, la música, pintura y por todo lo bello, son notas de gran entidad en el perfil de Antonia.
Después de 12 años vividos en Palacio, el año 1863, se retiró a obras de caridad y aquí la encontró el Obispo Serra y la comprometió en la misión de atender a la mujer prostituida, que en la España del siglo XIX, se encontraba incomprendida y sin otra salida que volver al mismo lugar donde era vejada y maltratada en su dignidad.
Vencidas las resistencias de Antonia, juntos comenzaron lo que el papa León XIII diría:”Esto no es sólo una obra de caridad, es una obra de redención”.
Dentro del Carisma de la Congregación, la Comunidad de Pamplona acogía a jóvenes con problemas personales y/o familiares, enviadas por la Asociación contra la Trata de Blancas; más tarde las plazas eran solicitadas por el Tribunal de Menores, por la Protección a la mujer y por particulares; entre estos últimos, cabe mencionar a tantos Párrocos de los pueblos, que en su labor apostólica, atendían a las familias que manifestaban no saber qué hacer con sus hijas un tanto desorientadas, extraviadas… Al principio y durante bastantes años, funcionó en régimen de Internado, que en aquella época recibía el nombre de Asilo. Más tarde, y debido a los nuevos métodos pedagógicos y de organización se convirtieron en Hogares o Casa de Familia, desde donde podían salir a estudiar y trabajar. Se preparaba a las jóvenes para reintegrarse en la sociedad.
Más de un millar de jóvenes han sido atendidas por la comunidad de Pamplona.
.

La celebración estuvo presidida por el Excmo. Sr. Obispo Auxiliar, D. Juan Antonio Aznárez, acompañado del Abad de Leyre, D. Juan Manuel Apesteguía, nuestros Capellanes, que nos sirven desde hace 50 años, Padres Benedicitinos, Redentoristas, Capuchinos, Claretianos, y sacerdotes familiares de las Hermanas.
Así mismo se contó con la presencia del Excmo. Sr. Alcalde de Pamplona, D. Enrique Maya.
Por parte de la congregación estuvo presente la Superiora General Mª Luisa del Pozo, la Superiora Provincial Mª Luisa Rodríguez, y 50 Hermanas venidas de las distintas comunidades.
Agradecemos la presencia de numerosos familiares de las Hermanas de la Congregación y amistades de la casa.
En el marco de esta Capilla, han profesado, a lo largo de 26 años, 584 Hnas.