El pasado 30 de mayo, festividad del Corpus Christi y día de Canarias, celebramos en la comunidad de Sevilla mi entrada al postulantado de las Oblatas del Santísimo Redentor.
La Celebración estuvo marcada por una serie de símbolos en los que se representaban mis raíces, las mujeres con las que hacemos camino, la comunidad de hermanas y la vocación a la que me siento llamada.

A lo largo de la Eucaristía se vivieron momentos muy bonitos. Entre ellos, destacan tres: la acogida por parte de la Congregación, mediante la entrega de un símbolo que había realizado una de las mujeres, la plantación de unas semillas de palmera canaria, como paralelismo de la vocación, y la danza que realizó Marisa Cotolí como acción de gracias por tanto regalo recibido y en la que se recogía todo el simbolismo presente a lo largo de la misma.
Fue un acto muy sencillo pero emotivo en el que estuvo presente Antonio Quesada, redentorista, que nos animó con sus palabras a seguir dando vida a la vocación que se encuentra en nuestro corazón.

El día terminó con un pequeño brindis en el que no solo se compartió la comida, sino también los mejores deseos.
Agradezco a todas las personas que participaron de este momento tan importante para mí (voluntariado, laicado, amigas y hermanas de Comunidad) con los preparativos, con su asistencia, con sus oraciones… y sobre todo por el cariño que han puesto para que este día fuese tan especial.

Carina.