A lo largo de cuatro años he aprendido, de muchas personas que me han rodeado, a encontrar a Jesús. Ayer fue el día en el que di el paso en mi fe y decidí seguir adelante, haciendo la Primera Comunión.
Agradezco a todas las personas que me han guiado en estos años y sobretodo estuvieron conmigo en el momento en el que decidí encontrarme con Dios. A pesar de mis dudas iniciales, sabía que con Oblatas esto no iba a pasar desapercibido y que sobre todo iba a aprender muchísimo de ellas.
He decidido hacerlo con ellas, porque son mi familia y han demostrado su aprecio y cariño en cada momento de mi estancia en la Residencia. Me ha gustado hacerlo con mi familia (oblatas y no) y mis amigos.
Muchísimas gracias por formar parte de mi vida, por enseñarme a ser mejor persona, a madurar y a crecer en mi fe. Sinceramente sois increíbles, y verdaderamente admirables. Siempre os recordaré.
Con cariño,
Maria del Campo Romero.