Historia de 455 días marcados por la COVID-19. Han sido muchas cosas nuevas vividas: certezas que ya no lo son tanto, una transformación de vida a través de la experiencia online y la actualización informática, la modificación de las expresiones comunitarias de fe, rezar a distancia, vivir la Eucaristía a través de los medios…y en muchas de estas nuevas experiencias ha surgido el miedo como protagonista: miedo al contagio, al confinamiento, a la renuncia del contacto, al silencia, a la soledad, la duda…pero estas vivencias también sacaron a la luz una creciente necesidad de espiritualidad, de la ayuda de Dios, de la oración, la atención y solicitud de información y cercanía de la Provincia. El trabajo de Misión de los proyectos despertó también la movilización de los recursos interiores, que a la vez se alimentaban de la caridad a través de formas de apoyo, escucha, consuelo, ayuda y palabra.
Toso esto nos llevó a un encuentro fraterno, distendido y festivo, donde no faltó ni el pulpo ni el albariño. Con música de fondo de la alegría y el saludo; compartiendo noticias, inquietudes e informaciones de la Congregación y la Provincia, le recuerdo de las hermanas que han partido, Asamblea y Capítulo Provincial, nuevo Equipo Provincial y de un nuevo experimentar que en el día a día hay que fomentar estos encuentros que son hilos de oro, que dan luz auténtica a toda la tela de la vida y se llama Evangelio. Y así juntas, en Familia Oblata, entrar en la realidad del momento en que vivimos.
Encuentro de las comunidades de Galicia: Ferrol y Santiago