Aún asimilando la experiencia que he vivido esta última semana tanto en Madrid como en Las Palmas de Gran Canaria, ha sido una aventura inolvidable. Desde el principio me sentí acogida e invitada a conocer la realidad que las mujeres viven, desde el respeto y la comunidad se vive muy intensamente los procesos de las mujeres. Iba un tanto insegura y sin saber cuál era mi camino, pero esta experiencia me ha ayudado a ver qué es lo que quiero, y sobre todo las personas que me han rodeado.
Al principio de la aventura comencé unos días de formación junto con otras chicas que participaban en otros campos de trabajo. Pudimos conocer las inquietudes que tenia cada una, y ampliar la visión individual de la que partíamos. Me sentí bien al compartir mis valores y al hacer comunidad mi fe. Mediante las diferentes actividades pude comprobar cómo iba abriéndome a la escucha, a la comprensión y a la inquietud por conocer más.
Una vez terminada esa primera parte, partí hacia mi destino a Las Palmas de Gran Canaria. Quería demostrarme a mi misma qué era capaz de hacer, a escucharme y a quererme. Allí coincidí con gente estupenda que me ayudo en mi búsqueda personal, a encontrar mi camino. Conforme pasaban los días escuchaba atenta lo que Dios iba enseñándome, lo que las mujeres del Proyecto Daniela compartían conmigo. Notaba como confiaban en mí y me sentía cómoda con ellas. Me encontraba en un ambiente familiar, un ambiente que favorecía el crecimiento personal y que hacía única la experiencia que estaba viviendo.
Todo ese tiempo no paré, tanto la comunidad Oblata como las trabajadoras del Proyecto trabajaban constantemente para y por las mujeres, yo tenía que corresponderles de la misma forma e ir a ese ritmo (salvo alguna que otra siesta que nos pudimos permitir y alguna que otra salida lúdica).
No puedo hacer otra cosa sino agradecer de todo corazón lo que han compartido conmigo, la cercanía que me han mostrado y los valores que poseen cada una de las personas que he podido conocer. Ha sido para mí una experiencia única y como dije: Nos vemos pronto, porque volveré mis niñas!
Experiencia de María del Campo, en el CT de las Palmas