El pasado jueves 16 de mayo tuvo lugar en la residencia la fiesta de fin de curso, que ponía punto y final a otro año más de convivencia, risas y esfuerzo académico. Como todos los años, la temática de la fiesta fue ‘secreta’ hasta el último día, y las representantes nos sorprendieron con una gran fiesta rociera, donde pudimos disfrutar de bailes de sevillanas, una misa rociera y grandes actuaciones flamencas. Sin embargo, un año más lo mejor de la fiesta fue lo indescriptible: las emotivas despedidas, durante la acción de gracias de la eucaristía, de aquellas que se gradúan y acaban una etapa de su vida para comenzar una nueva, así como la ilusión y emoción de las novatas que disfrutaron al máximo la primera de muchas fiestas que les queda por disfrutar. Se puede decir que fue una de las mejores fiestas de los últimos años, donde todas juntas pasamos una gran noche para el recuerdo y donde las oblatas demostramos ante todo, y nunca mejor dicho, todo el arte que tenemos.