Finalizamos la Asamblea Provincial

Llegamos al final de nuestra Asamblea, reproducimos aquí las palabras que nos ayudaron a hacer síntesis de los vivido estos días:

_Reunidas en Ciempozuelos hemos celebrado la II asamblea de la provincia de Europa, bajo el lema: UN NUEVO COMIENZO.
Hoy más que nunca nos sentimos en el Camino de Emaús junto a tantos hombres y mujeres que siguen caminando con un único objetivo: vivir el evangelio, de mil formas distintas. Nosotras lo hacemos como oblatas.
_Nos hemos dado cuenta de la importancia de cambiar la forma de mirar, creemos que es posible, más allá de nuestras creencias limitantes, lejos de prejuicios aun siendo conscientes de nuestras presbicias: sabemos que mirando a nuestras hermanas con los ojos del corazón todo se renueva, todo es distinto, y se abre la puerta del perdón, la escucha, la alegría compartida.
_Hemos sido capaces de acariciarnos con las palabras, las miradas, los gestos, las caricias… capaces de soltar todo aquello que a veces nos hace sentir ridículas, distantes, poco comunicativas. Nos hemos dado cuenta que comunicarnos desde la profundidad aumenta nuestra capacidad de amar, de comprender, de aceptar las propias miserias y las miserias de las demás. Y que desde esta profundidad es donde reconocemos al Señor Resucitado que se sienta a nuestras mesas, parte para nosotras el Pan y nos dice: ¡No tengáis miedo!
_Hemos decidido dejar nuestro personaje en el hotel, con todos los gastos incluidos; lo que el personaje no sabe es que ya no nos sentimos a gusto con él. Y queremos vivir siendo nosotras mismas, amando nuestra vulnerabilidad, siendo comprendidas y perdonadas.
_Nos hemos zambullido en la identidad personal y comunitaria, hemos buceado dentro de nosotras mismas, y nos hemos dicho: ¡vale la pena!, ¡la fraternidad es un don!, y estamos dispuestas a acogerlo y a crear segundas, terceras, cuartas y cien oportunidades más… para que nuestra vida fraterna tenga chispa, sea atrayente y seductora, espacios de vida creíbles y contagiosos.
_Reconocemos que seguimos estando llamadas como la Madre Antonia a ser tremendamente indiscretas delante de tantos desafíos, conscientes que la realidad golpea nuestras puertas y nuestros corazones. Lo sabemos hacer porque tenemos nuestra propia receta: la paciencia, “poco a poco y solo poco a poco”, la acogida, la oblación, el perdón, la disponibilidad.
_Somos mujeres fecundas que nos sumamos a otras mujeres Sara, Isabel, María, capaces de engendrar esperanza, de darlo todo, de comprometernos hasta la medula con la vida, denunciando las situaciones injustas que ningunean la vida de los demás especialmente de las mujeres.
_A día de hoy conocemos un poco más de astrología y arqueología sabemos de pilares solidos: espiritualidad, carisma, misión y fraternidad. Pilares construidos sobre roca firme. Hemos aprendido a interpretar los satélites, los planetas… y a través de la reflexión y de la escucha de hermanas y laicas, hemos intuido que vivimos en un firmamento repleto de estrellas que brillan y nos alumbran, interconectadas entre ellas, que nos reflejan la belleza de nuestro momento y situación. Y como no, nos retan a seguir cuidándolo y proponiendo acciones de futuro, que cuiden de nuestra familia oblata.
_Durante estos días se nos ha regalado arte vivo, el valor incalculable de la interpretación, de la música, el canto, el baile, las imágenes. Nos hemos visto reflejadas en los “retazos de la obra de nuestra vida”, y seguimos empeñadas a caminar al lado de las mujeres, con esos rasgos de identidad oblata, con el celo de nuestra fundadora, con el ejemplo de todas las hermanas presentes y de las que nos han precedido. Y lo queremos hacer desde la Misión Compartida al lado de otras personas: profesionales, voluntarios, familia…
_Reconocemos que estos 4 años han sido un largo camino, valoramos que un día dimos un primer paso, y seguimos avanzando, nos proponemos nuevos retos y horizontes de esperanza. Pero lo más importante es que no lo hacemos solas. Vamos juntas, agarradas de las manos, y sobre todo agarradas y seducidas por Áquel que un día quiso que estuviéramos hoy aquí y que nuestra misión tuviera sentido.