Desde el año 2007, la comunidad de oblatas de Barcelona, planteamos la propuesta del Nadal Solidari. El fin de semana próximo a la Navidad, acogemos en nuestra casa, a un grupo de jóvenes que quieren vivir la Navidad desde la cercanía a la realidad de las mujeres que trabajan en el barrio del Raval y también a las mujeres que han ejercido prostitución y que se sienten muy vinculadas a la familia oblata en Barcelona. Pretendemos, que además, conozcan nuestra vida, la razón de ser que nos mantiene en este compromiso.
Este año, el fin de semana, del 21-23 de diciembre del 2012, han participado en el Nadal Solidari: Rocio Rayo, Maria Chica y Nina Sentís. Son tres jóvenes que participan en el Casal Loyola, de los jesuitas de Barcelona. Como en años anteriores, para pensar la propuesta y concretar la organización de las diferentes actividades, hemos contado con la colaboración de Maite Mendiola y Elena Gelabert, que han participado en el Nadal Solidari otros años. Y de Gloria Lolo una de las mujeres que viene al Lloc de la Dona.
El lema desde el que hemos enmarcado la experiencia, este año, ha sido:” En temps de canvi, reiventen l’esperança”. La realidad actual, está cargada de señales de esperanza que deseamos descubrir. Queremos captar los signos de cercanía, de humanidad,de solidaridad que entre todas vamos entretejiendo. Hemos participado en la fiesta de Navidad, en el LLoc de la Dona, las mujeres, las jóvenes, voluntarios/as y laicos/as y la comunidad. Juntos hemos vivido el sentido hondo de la Navidad.
Testimonio:
Decidí emprender una experiencia junto a las oblatas durante el fin de semana antes de Navidad. Debo confesar que no estaba al corriente ni de quienes eran las oblatas ni de cuál era su misión. A pesar de la complejidad de su misión, enseguida nos pusieron al día y empezamos a trabajar. No puedo empezar a explicar la experiencia sin antes referirme a su labor. Ellas tienen como punto de partida las mujeres en riesgo de exclusión, y más concretamente, las mujeres que ejercen la prostitución, de manera que las escuchan y las acompañan de manera intensa. La misión no tendría sentido sin el “lloc de la dona”, centro donde atienden a las mujeres.
El viernes por la tarde iniciábamos el camino recorriendo el barrio del Raval, empapándonos de su riqueza y conociendo las mujeres que ejercen la prostitución. El sábado se celebraba la fiesta de navidad de las mujeres mayores que, en su día ejercieron pero actualmente se encuentran en situaciones de soledad, precariedad etc. La idea era hacerles disfrutar de la Navidad transmitiendo esperanza. El lema esperanza abandero nuestra estancia en el Nadal Solidario. El arco iris fue el símbolo de la fiesta puesto que cada una de nosotras somos un pequeño punto del mismo, y formamos un colectivo que debemos proteger, a pesar de las circunstancias de cada persona.
Vivir con las oblatas me ha hecho romper con estereotipos, con modelos e ideas que se forman cuando desconoces una realidad. Agradezco de todo corazón haber participado y convivido con una realidad tan cercana y lejana a la vez. En las cintas que usamos para la actividad deberíamos haber escrito la palabra OBLATA porque ellas son esperanza, entrega sin temores, sin perjuicios y sin miedo. Ver su forma de entregarse a las mujeres ha hecho que la Navidad cobre sentido.
María Chica Soler