Previamente a la salida del día 1 de Junio, fiesta de la Congregación, podemos decir que ya vivíamos ilusionadas planificando y preparando a detalle el itinerario del viaje, la visita guiada a la Basílica, facilitando el acompañamiento a aquellas que necesitaban un apoyo en su caminar, sin olvidar la liturgia de la celebración eucarística.
Con una ilusión eufórica y con la despedida de las Hnas que se quedaban en casa con mucha pena, salimos a las 10 de la mañana rumbo a Arantzazu. Hasta el sol nos ha querido regalar su sonrisa, después de unos días de lluvia. A tan solo diez km. de Oñate comienza el ascenso a la Basílica, colgada sobre barrancos y edificada sobre roquedades en una zona agreste y natural. Solo hay que ver las caras y expresiones de las Hnas, que nunca antes habían estado: una mezcla de asombro, admiración, sorpresa. ¡No es para menos! Es una obra arquitectónica, escultórica y artística de gran relevancia, en la que han trabajado eminentes artistas de renombre internacional.
A las 12, nos reunimos todas en torno a la mesa del altar, a los pies de la Amatxo de Arantzazu para saborear, bendecir, agradecer y celebrar eucarísticamente la semilla plantada hace 153 años con la apertura de la primera casa en Ciempozuelos.
Un hermoso ramo de flores con sus espinas, nos sirvió de ofrenda en el ofertorio, expresión de la fuerza transformadora de la familia oblata hecha oblación-entrega.
Luego llegó la degustación de una rica comida en un restaurante típico de Oñate, bonita villa medieval fuertemente marcada por la abundancia de monumentos religiosos. De hecho el célebre pintor Zuloaga la denominó la Toledo Vasca. No son sólo reseñables sus monumentos religiosos ya que también debemos destacar su Antigua y magnífica Universidad y sus numerosas casas palaciegas repartidas por todo el casco antiguo.
Para poner un magnifico broche final a nuestra excursión visitamos La Txokolateixia donde en una visita guiada degustamos y compramos sus estupendos chocolates.
Regresamos a casa contentas y felices por este día maravilloso que pudimos celebrar recordando LA PRIMAVERA DE 1864.
