Entre las muchas celebraciones que sin duda disfrutamos en el día de ayer (Jornada de la Vida Consagrada y 155 del inicio de la Congregación), pocas, como la oportunidad que nos brindó la comunidad de Carabanchel.
Setenta y cinco años de vida Oblata, sintetizados en la persona de Poli, Apolonia Ubierna, ofrecieron la oportunidad de reunir, en torno a ella, a familiares y Hermanas de la Congregación.
Unos y otras fuimos testigos y participes del gozo y la paz serena que desborda una larga vida, generosamente ofrecida para paliar el sufrimiento de otras mujeres, que vivieron y viven en circunstancias de dolorosa exclusión social.
Todavía hoy saboreamos la experiencia fraterna de la fiesta, la alegría de los encuentros y el orgullo de convivir con hermanas que, como Poli, proyectan en nuestros ambientes sencillez, serenidad y coherencia.
¡Ojalá podamos seguir celebrando y gustando de estas experiencias por mucho tiempo!
Comunidad de Carabanchel
