El pasado sábado 25 de junio no fue un día normal. Nuestra cotidianidad se hizo extraordinaria. Nos unimos en un “mar de fueguitos”, Tenerife resplandecía porque La Casita celebró su fiesta de verano. Cada una con su brillo, mujeres, hermanas, voluntarias y personal contratado, nos juntamos para pasar una jornada de convivencia. Iniciamos con un divertido photocall, reflexionamos sobre la luz que cada una desprende, realizamos una relajación guiada con consciencia plena de que somos AMOR, aprovechamos también la ocasión para evaluar el curso, disfrutamos con juegos y dinámicas, compartimos la mesa, con la misma naturalidad de quién comparte la vida. Y acabamos con nuestro famoso y aclamado bingo. Volvimos a casa con una sonrisa amplia reflejo de la alegría interior que da sabernos acompañadas, juntas, apoyadas, hermanadas.
