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Las Hermanas Oblatas del Santísimo Redentor presentan su nueva imagen institucional: un signo de fidelidad al carisma y apertura al futuro

Tras un proceso de discernimiento comunitario y participación global que ha durado más de un año y medio, la Congregación de las Hermanas Oblatas del Santísimo Redentor presenta oficialmente su nueva imagen institucional. Esta renovación no es solo un cambio visual, sino una actualización profunda del modo en que la Congregación expresa su carisma, misión y valores en el mundo de hoy.

La nueva identidad institucional responde al deseo de comunicar con mayor claridad, cercanía y coherencia el compromiso oblata con las mujeres en contextos de prostitución, exclusión y trata, desde la fuerza redentora de Jesús.

“Se trata de una continuidad con nuestra historia que se adapta al lenguaje del presente. Queremos que nuestra imagen diga lo que somos, con ternura, con fuerza, con esperanza”, ha expresado Marisa Arreba, Superiora General, durante la presentación oficial.

Un proceso participativo y global

La renovación de la imagen institucional ha sido fruto de un camino compartido, que incluyó tres encuestas abiertas a toda la Familia Oblata que permitieron recoger percepciones, preferencias y propuestas. El proceso fue acompañado por el Equipo de Comunicación General y la empresa Loyola Comunicación.

“Esta imagen es el reflejo de un sentir colectivo. Hemos tejido juntas una identidad, expresada en la imagen institucional, que nace de la vida, del compromiso y del deseo de seguir sirviendo con fidelidad y creatividad”, ha añadido Marisa Arreba.

Una imagen que habla de lo esencial

El nuevo logo incorpora elementos profundamente simbólicos para la Congregación:

  • Una mujer en el centro, con los brazos en alto, símbolo de libertad, apertura y esperanza.
  • Una cruz, integrada en el mismo gesto, que remite a la Redención como fundamento de la espiritualidad oblata.
  • Un círculo, evocando la universalidad de la misión y la apertura a todas las culturas y contextos.

 

  • Colores significativos: morado, símbolo de transformación; y azul profundo, evocando confianza, sanación y acogida.

La tipografía manuscrita refuerza la cercanía y la dimensión humana de la misión oblata, aportando dinamismo y calidez.

Implementación gradual y acompañada

El nuevo logotipo convivirá con el escudo tradicional en los documentos oficiales, y será incorporado de forma progresiva en los materiales públicos y comunicativos de la Congregación. Su despliegue se realizará de manera acompañada, con formación específica, materiales adaptados por contextos y un manual de identidad que garantizará una aplicación coherente y unificada.