Cincuenta años de presencia oblata en Sevilla

UN DÍA DE PRIMAVERA MUY ALEGRE
El sábado 19 de mayo de 2012 conmemoramos la llegada de las Hermanas Oblatas del Santísimo Redentor a la hermosa ciudad de Sevilla.
Aunque el día amaneció lloviendo, el sol, una vez más, se abrió paso, dejando un día precioso.
La celebración comenzó con una Eucaristía en la Basílica de la Esperanza Macarena, dando gracias a Dios por el camino recorrido durante cincuenta años. Dios puso una tarea en el corazón de cada niña, mujer, oblata, voluntario, laica, personal contratado, bienhechores y amigos. Una tarea que no ha terminado aún. La Eucaristía fue muy emotiva, preparada con sencillez y llena de luz. El altar se convirtió en una enorme tarta de cumpleaños, donde colocamos 50 velas, una por cada año de presencia oblata en Sevilla.
Cinco sacerdotes religiosos (redentorista, claretiano, sagrados corazones, franciscano, jesuita) y un sacerdote diocesano, concelebraron la misa. De distintos lugares de España, llegaron hermanas oblatas, encontrándose entre ellas, Mª Cruz y Rosa, dos de las cinco hermanas fundadoras en Sevilla. Allí estaban también las mujeres que han formado parte de distintos Proyectos, iconos de una vida nueva, personal, voluntarios y laicos del Centro Al alba, artistas de la compañía de teatro “Al alba”, vecinos y amigos de las hermanas. Todos y cada uno de nosotros celebrando la eucaristía al compás de una guitarra flamenca, del cante jondo y de la esencia oblata.
Y por la tarde… ¡la fiesta continuó para todos! En el teatro del Hogar Virgen de los Reyes disfrutamos de una Gala Conmemorativa preparada con todo lujo de detalles y mucho esmero. Los presentadores de esta Gala, con mucho duende y salero, hicieron un recorrido de los 50 años de la presencia oblata en Sevilla y a través de la poesía, el canto y el baile se interpretaron las distintas características del carisma oblata: alegría, acogida, solidaridad, misericordia, ternura, fe, esperanza, entrega, gratuidad, paciencia y amor. Fueron dos horas llenas de arte, que pasaron volando pero dejando un poso de alegría que se trasladó al cóctel. Un cóctel en el claustro del edificio, generoso y rico…, como todo lo que las oblatas entregan allá donde estén.
19 de mayo de 2012, un sábado estupendo, muy alegre y festivo, tras el cual me siento enormemente agradecida por haberlo vivido junto a gente tan maravillosa y luminosa.
Leticia Miró. Voluntaria Centro Al alba