Un nuevo curso comienza en la Residencia Hermanas Oblatas de Murcia, y la ilusión se percibe en todos los pasillos. Un año más, caras nuevas se unen a otras, creando desde el principio esa integración mágica, que se consigue gracias a tres actividades iniciales.
En primer lugar, todas las chicas nos reunimos en la sala polivalente de la resi para presentar a las nuevas las actividades que se desarrollan en la residencia (voluntariado, grupo de oración, o actividades culturales, entre otras). Algunas veteranas expusieron sus propias experiencias personales, por lo que conocer cómo se mueve Oblatas se hace mucho más ameno.
Además, se convocó al grupo de nuevas para explicarles las cuestiones prácticas y de buen funcionamiento de la residencia, que se hizo a través de un especial “trivial Oblatas”
Por último, celebramos la Eucaristía de inicio de curso, partiendo del motivo del reloj, que simboliza el tiempo del que disponemos, de modo que cada una de nosotras pudo reflexionar sobre cómo quiere emplearlo, y qué quiere aportar a la sociedad. Y en el que estábamos presentes nosotras y también las mujeres del Programa Oblatas, con quien hacemos voluntariado.