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Gracias por caminar con nosotras

Al concluir la celebración del Centenario de las Hermanas Oblatas del Santísimo Redentor en Palma (1924–2024), nuestro corazón solo puede expresarse en una palabra: gracias.

Gracias a todas las personas que han hecho posible este camino, tejido con ilusión, esfuerzo y ternura.
A las trabajadoras y trabajadores del Proyecto Casal Petit, por su entrega diaria y por su implicación en cada detalle de esta celebración.
A las personas voluntarias y colaboradoras, que con generosidad y constancia han sostenido tantos gestos invisibles de acogida y servicio.
A las mujeres que acompañamos, por su presencia, su confianza y por recordarnos cada día el sentido de nuestra misión.

Agradecemos también a las instituciones que han querido compartir con nosotras este momento tan especial: al obispo de Mallorca, Mons. Sebastià Taltavull, por presidir la eucaristía de acción de gracias; a la presidenta del Govern de les Illes Balears, Marga Prohens; a la directora insular de Familias del Consell de Mallorca, Aina Ferriol; al Ayuntamiento de Palma y a tantas entidades que, desde la colaboración y el respeto, han hecho sentir su cercanía.

Nuestro agradecimiento más sincero a la Hna. Marisa Arreba, superiora general, y a la Hna. Carmen Ortega, superiora provincial, por su presencia fraterna y su acompañamiento constante; y a las hermanas de tantas comunidades de la Provincia Europa que han viajado para unirse a esta celebración o que, desde la distancia, nos han acompañado con sus mensajes y oraciones.

Gracias también a Pere Fullana Puigserver, autor del libro conmemorativo del centenario, por ayudarnos a mirar con profundidad nuestra historia; y a todas las personas que han hecho posible la obra teatral, la exposición, la organización de los actos y cada uno de los preparativos de estos días.

Nos sentimos profundamente agradecidas a toda la Familia Oblata, por su cariño, sus mensajes, su cercanía y su fe compartida.
A quienes han estado físicamente presentes y a quienes, desde otros lugares, se han hecho presentes con el corazón.

Celebrar este centenario ha sido volver al origen, reconocer la fidelidad de Dios y descubrir que el carisma oblata sigue vivo, abriendo puertas, acompañando vidas y sembrando esperanza.

Con alegría, gratitud y mucha vida compartida,
Comunidad de las Hermanas Oblatas del Santísimo Redentor
Palma de Mallorca, noviembre de 2025